viernes, 7 de agosto de 2020

INCIDENCIA DE LA EXPERIENCIA


El gran reto ha estado, desde el principio, en hacer ver el conflicto desde una perspectiva positiva, como alternativa de crecimiento social, donde «no resulta en modo alguno exagerado afirmar que necesitamos el conflicto para progresar» (Puig, 1997, p. 58) y avanzar en la resolución de conflictos de un modo constructivo. Por lo tanto, la implementación de metodologías activas, para el desarrollo de las clases, deja ver como los conflictos presentados en los encuentros de Educación Física vienen resolviéndose de manera diferente, esto permite observar de a poco un mejoramiento en la convivencia de los grados superiores de la Institución Educativa. De esta manera se viene reafirmando un impacto positivo en la gestión del conflicto de manera adecuada, desde el reconocimiento de otras formas de afrontarlos y resolverlos constructivamente. Esto permite mejorar en la convivencia escolar a partir de las relaciones sociales y las prácticas que se realizan, lo que corrobora su utilidad en el contexto escolar.

Lo anterior deja ver cómo se viene cumpliendo con los cometidos públicos que debe tener la escuela, «basadas en la actividad de enseñanza y el aprendizaje, y en el diálogo constructivo que permite formar conciencias y adquirir hábitos y herramientas de comunicación» (Ortega, 2006, p. 10), que permiten el fortalecimiento de la convivencia. Es así que la aplicación de metodologías activas, comienza ayudar poco a poco a que los estudiantes se sientan mejor en las actividades, a relacionarse con sus compañeros y a comprender las posibilidades de actuación de cada uno. Lo anterior facilita la resolución de los conflictos presentados de manera cooperativa, y se consigue una disminución considerable de conductas agresivas entre compañeros, motivo por el cual se reconoce el alto valor del trabajo cooperativo.

De esta manera, la comunidad educativa viene transformando una realidad latente en la institución, en la que se deja ver —de cierta forma— otras miradas en la resolución de los conflictos por medios pacíficos que apuntan a la configuración de posibles soluciones. Lo que permite fortalecer las relaciones sociales y las prácticas entre los estudiantes, quienes afrontan las diversas realidades presentadas en el contexto escolar y que benefician a la comunidad educativa en relación con la convivencia. Por lo tanto, se está posibilitando la adquisición de algunos hábitos comunicativos como el dialogo y la escucha, lo cual apoya el proceso formativo de sujetos sociales y participativos orientados a tomar decisiones democráticamente.

Además de lo anterior, se percibe entre los estudiantes el mejoramiento de actitudes como el liderazgo, la inclusión, el cuidado del otro, la cooperación, el compañerismo y la comunicación asertiva. Lo que permite la construcción de un ambiente favorable para la convivencia de los estudiantes dadas las condiciones de una escuela inclusiva que, según la UNESCO (2008), «no es tan solo porque recibe alumnos diversos, sino porque la convivencia efectiva —la escuela vivida— genera una vivencia de inclusión y oportunidades para todos» (p. 17).

Así mismo, se destaca la incorporación de los demás docentes de Educación Física de la institución a la propuesta, siendo esto de suma importancia porque se va orientando el trabajo desde la misma asignatura a fortalecer ambientes de aprendizajes adecuados y más armónicos, para que estos se puedan reflejar en otros espacios diferentes a la misma clase y  en beneficio de nuestra comunidad educativa, dejando ver un compromiso grande con la Institución Educativa  y el trabajo en la convivencia escolar.

TRABAJO EN EQUIPO   (2019)






COMUNICACIÓN ASERTIVA





CONFIANZA






PERSEVERANCIA Y PACIENCIA.




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